martes, 20 de marzo de 2007

Tu sombra en la huella de mis dedos

Los grises callejones de mi tiempo
se abren a tus latitudes
calendario accidentado donde mis latidos
cimbran los oídos de la noche
desvanecida noche entre tus manos
liquida noche en tus besos fugitivos
en tu idioma sin reversos
tu mirada desnuda
y el fuego que florea mi desnudez
con respiración tejida a dos alientos
hasta alcanzar los rincones
de la fábula etérea
donde escalamos riscos inéditos
consigna oculta del rito
para bajar en caída libre al abismo

Mi tiempo se cierra en tus manos
se filtra en la creación de tus dedos
en el tacto que despierta huracanes
y me lleva a la isla de tu cuerpo
con promesas de naufragio
y caramelos del norte en las yemas de mis dedos
diluyendo
derritiendo caricias
como dulces en la lengua
manos que recorren conocidos territorios
en cuerpos renovados
ligeras manos en ligera danza
protocolo del momento acariciado
en tocamientos de instantes
a caricias concebidos

Mi tiempo se abre al espacio de tus labios
manecillas exactas
rigurosa demanda de maduros frutos
sube viene va
de tu boca a tu frente
de tu barba a tu mejilla
de tus pestañas a tus ojos
a tu boca infinita
al beso que gasta las apuestas perdidas
en otros besos que mordieron la respiración
desamparadas bocas
desesperada búsqueda en trémulos labios
alivio de besos
armas que abren la última herida
células escondidas del secreto

En la brasa de tu pulso
mi tiempo se desliza
en la agudez de tus muslos afilados
los anónimos rincones de mi cuerpo
se nombran espacios conocidos
cuevas editadas rincones prodigiosos
morena selva al tacto de mis lobos dedos
que abren las fauces y asoman los colmillos
para atrapar en ardiente caza
el severo deseo
que sale por los ojos de las fieras de tu cuerpo
y gozar
el osado gozo
la razón elegida
la lesión que nos abrirá la distancia

Los instantes de tu sombra
en la huella de mis dedos
levantan laberintos
siluetas transparentes
asaltando los colores
asociando recuerdos con soledades
ausencias perdidas
tormentas blancas
que se arremolinan en las manos
y te buscan
como fieras voraces
en las paredes del vacío
donde tu perfil invisible me nombra
llama mi rostro atardecido
y me deja inéditos los ojos

Mi tiempo sabe al aceite de tu cuerpo
al doble deseo que descansa en mi espalda
a manzana
manzana verde pero dulce
ruborizada manzana de corazón abierto
asaltada pulpa mi carne
lleva a cuestas el peso de tus caricias
sin culpa ni disculpa ni pecado
lleva palmo a palmo el acento
el vocabulario de los anhelos vencidos
la vocación del deseo de tu carne
de tu cuerpo masculino
desnudo
absoluto
mío.

Nataly Montiel
"Tu sombra en la huella de mis dedos" obtuvo Mención del Jurado en el Sexto Concurso Interno de Poesía del Club de la Pluma del Ganso, México, 2007.

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