miércoles, 26 de marzo de 2008

Del poemario "Andante nocturno"

CUNA SOBRE ARENA

La tierra del que amo
es un vergel que devoró desierto, cuna fraguada sobre arena.
Un índice señaló el oasis y dio refugio fértil a bocas secas.
Isla flotante entre montañas, paraíso entre rieles.
Es una libertad en angulosa geografía, manantial generoso,
un ojo sabio fertilizó el corazón del canto
que calcinó la tierra de seres desafiantes.
Tiene el perfil del que amo,
tiene la tormenta de luz en su mirada
y el húmedo beso que floreció al desierto.

Ma. Eugenia Rodríguez Gaitán.

SAUDADE MÍA

Para César Guerrero

Un somnoliento sol penetra las cortinas
y dibuja flores en mi rostro.
Una nota aguda surca la estancia,
nostalgia con alma lusitana,
con esa saudade que anuncia la ausencia.
El arco se quiebra sobre el cello
y se desgarra una mano sobre las tensa s cuerdas
que guardan el corazón de la guitarra,
un acordeón respira y sonríe ocultando esa tristeza
que descansa en la lejanía.
Notas que tejen la fina tela de mi oído
con hebras irisadas en siete tonos diferentes.
O mar meu
Te escucho

Ma. Eugenia Rodríguez Gaitán.

COMO CARDO

Antes de irme, llegaré al universo oculto entre mis sábanas
adherida como hoguera al candente sueño, beberé tu aliento,
junto a tu vientre me hundiré como aluvión desbocado
y aspiraré hasta el último vapor, consagrando la hojarasca.
Al marcharme, me quedará ese sabor a esencia desbordante
y la brisa entrará por el umbral con olor a menta y dátil.
Antes de vaciar el tiempo en nuestros cuerpos germinados
el antiguo tatuaje del deseo, quedará como cardo sembrado en las entrañas.

Ma. Eugenia Rodríguez Gaitán.

1 comentario:

Hector Bohoslavsky dijo...

Fuerte y maravillosa metafora, sublime anhelo.